●
Lavar por el revés: Esto ayuda a
preservar los colores y proteger los estampados o detalles de las prendas.
●
Usar agua fría o tibia: El lavado con
agua fría o tibia es menos agresivo y ayuda a mantener la integridad de las
fibras.
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Detergentes suaves: Opta por
detergentes suaves para evitar el desgaste prematuro de las telas y proteger la
piel sensible, especialmente en ropa infantil.
●
Evitar blanqueadores y suavizantes:
Estos productos pueden ser demasiado fuertes y deteriorar las fibras o causar
decoloración.
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Secado adecuado: Siempre que sea
posible, seca las prendas al aire libre y a la sombra para evitar el
encogimiento y la decoloración que puede causar la luz solar directa.
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Planchar a temperatura baja: Si es
necesario planchar, hazlo a una temperatura baja para evitar dañar las fibras